jueves, 19 de diciembre de 2013

The end

Retazos de vida líquida caen desde las alturas y se funden con tu sonrisa, serena. ¿A qué saben las lágrimas del cielo? ¿A qué huele el frío invernal que se cuela en tus adentros? Tus auriculares te transportan a un mundo paralelo pleno de música en toda su extensión, de alegría en todos sus resquicios. Auriculares que tienen la fortuna de rozar tu piel y susurrarte palabras que yo no puedo. Joven rockera de cabellos dorados, ¿me dejas acompañarte bajo la lluvia y contarte mis penas y alegrías? Te pido que me dejes escribir sobre ti, que seas mi musa. Así pues, ¿permites que te transcriba a tu lado, bajo la atenta mirada de la Luna? Líneas suicidas que se traspapelan a tu suave piel, donde quedan ya moribundas ante el hechizo de tu tacto. Juguemos a perdernos en letras de libros antiquísimos, a encontrarnos en caricias. Busquemos la felicidad entre nuestros labios, en el respiro acelerado que siento en mi oído al tener tu cuerpo junto al mío. Lectora impulsiva, ojalá llegue el día en el que me leas la piel.

-Melok.

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