miércoles, 18 de diciembre de 2013

Padre libertario



Lo ve tan desvalido y frágil

y para cuidarlo ha de renunciar a su ideal,

el de la igualdad, el de la libertad

y pasar a trabajar para un Estado criminal.




No suele salir de casa,

así ve cómo su hijo crece

y cómo sus derechos retroceden,

a la par que el tiempo pasa.




Después de tantos años

sin recordar aquellas luchas

oye a su hijo silbar "a las barricadas"

mientras él se ducha.




Él nunca le habló de su pasado.

"¿Dónde diablos la habrá escuchado?"

Él le preguntaba, le interrogaba:

"En viejos libros tuyos", le contestaba




Lo ha leído todo

y no comprende

cómo su padre

al Estado se vende.




El viejo anarquista

escucha a su hijo,

en seguida recapacita

y deja el trabajo.




El padre se enorgullece

y se va a la cama

ya que pronto amanece.




Despierta y va a la litera de su hijo,

la ve vacía y recuerda el secuestro

aquel día tras su nacimiento.




"Podrías enseñarle a pensar mal,

lo hacemos por tu seguridad".

Sale de la habitación

y va llorando al salón.

Es un día más,

bonito sueño,

mas no realidad.



-Melok.

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