jueves, 2 de enero de 2014

Vaya.

¿Qué me queda si no llego ni a ser buena persona?
Al parecer no llego a ser nada distinto de mí misma.
Vaya, qué decepción.
¿Te imaginas ser la mancha sanguinolenta sobre la nieve?
¿Ser capaz de pintar el gris de colores brillantes?
En algún momento podríamos ser nuestro rojo sobre blanco.
Y Oniria es una mujer hermosa.
Me he tumbado en la cama a pensar que tú ya no me piensas mientras que mi cerebro se consume por tu recuerdo que arde. Me acuerdo de tus palabras, me acuerdo de tu rostro, del olor a café y de las sábanas revueltas. De todo menos de que recuerdes el color de mis ojos.
He pensado en los paseos bajo la lluvia, en como tus ojos marrones se escondían tras los párpados cuando tenías sueño, en como dos horas después volábamos otra vez.
También me he parado a recordad la sonrisa que ponía cuando te veía aparecer por la puerta. En todo el insecticida mental que usaba para calmar las mariposas. En como me abrazabas cuando el frío susurraba a través de la ventana. Me he parado a pensar como se paraban mis dedos sobre tu espalda.
Te llevaste los colores de la primavera y me dejaste viviendo en un invierno constante ¿Te parece justo? Bueno, supongo que sí.
Me paré a pensar en corazones rotos.
Me paré a pensar en poesías mojadas por escribirlas cuando aún sentía demasiado.
Me paré a pensar en mis manos aún recuerdan las tuyas.
Me paré a pensar en aquellas tardes de besos revueltos.
Me paré a pensar, sí.
Supongo que la conclusión es que me olvidé de recordarme que te olvidara.
-Rin.
http://volandosobreversos.blogspot.com.es

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