lunes, 28 de abril de 2014

Bah

Ese reguero de rojo espeso que baja por sus muslos. Sangre joven pero con mucho odio en sus entrañas. ¿Qué hacer cuando tu infierno es tu hogar, cuando Lucifer se desdobla en tus progenitores? Sólo encuentra refugio en el frío. Pero no en el frío ambiental, cuyo gélido abrazo le resulta embriagador. No, un frío hiriente que desgarra su piel en dos. Cada beso afilado se lleva consigo tinieblas, recuerdos hirientes, momentos amargos. Irónica panacea: le alivia el dolor.

-Melok.

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