lunes, 3 de febrero de 2014

La calma tras la tormenta

Se levanta con malestar de cabeza. Prueba a moverse pero percibe un dolor agudo en las costillas, así que se resigna a mirar al techo mientras el tiempo pasa. El sueño más que reparador ha sido destructivo, se ha cebado con su cuerpo. En un estado de duermevela disfruta del canto de unos pajarillos que descansan en la ventana de su dormitorio. Los rayos de Sol se filtran por ésta iluminando un despertador que marca las 10:30 de la mañana.

-Buenos días -dice una voz a través de la radio-, se confirman diez detenidos en los disturbios de ayer en la capital madrileña tras una marcha contra la privatización de la gestión sanitaria.

Ahora lo recuerda todo. El motivo de su dolor, su cansancio... Todo viene a raíz de la protesta del día anterior en Madrid. Y repentinamente rememora el instante en el que no pudo agarrar a un amigo de la mano y la policía se lo llevó detrás de unos contenedores. «Está detenido, sí, y seguramente la 'democracia' le haya regalado unos moratones» piensa, «bueno, habré de levantarme e ir a ver a Paula, a ver si sabe dónde está su hermano».

Dicho eso, se levanta con dificultad, coge las llaves deprisa y cierra sin echar el pestillo.


-Melok.

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