domingo, 8 de junio de 2014

Ahogo

Abrió los ojos y comenzó a ahogarse. Estaba bajo el agua, en las gélidas aguas de un mar cualquiera. Empezó a nadar hacia la superficie para poder respirar. Conforme se acercaba empezó a ver su reflejo en el límite del agua. Estaba desnuda. Sus pechos se encontraban cubiertos por sus cabellos. Miro la parte inferior de su reflejo: escamas, una cola de pez. No se lo podía creer. Era una sirena. Comenzó a respirar, recordó cómo hacerlo de nuevo. Fue a tocar su imagen y en cuanto sus yemas tocaron la superficie se levantó súbitamente en su cama. Qué cruel haber despertado de su sueño perfecto. Qué cru...
Un brazo la rodeó. Una cabeza se instaló en su cuello. Un beso furtivo le robó calor en sus mejillas. Un pecho se acopló a su espalda. Una voz se instaló en su oreja derecha, una voz que le decía lo perfecta que era. Las sonrisas que sacaba. Una voz que provenía de un chico rubio con gafas que la admiraba desde hacía años. Ella, poco a poco, volvió a los reinos oníricos. Pero esta vez, esa sirenita acompañaba a un buzo.

-Melok

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